"Hace muchos años vivía un rey que era comedido en todo excepto en una cosa: se preocupaba mucho por su vestuario. Un día oyó a Guido y Luigi Farabutto decir que podían fabricar la tela más suave y delicada que pudiera imaginar. Esta prenda, añadieron, tenía la especial capacidad de ser invisible para cualquier estúpido o incapaz para su cargo... "
Seguro que te suena el comienzo de este cuento y conoces su final. Lo retomaremos en breve. Ahora quiero contarte otro, mas cercano a nuestro día a día.
Hace unos años, cuatro en concreto, en un lejano y pequeño ayuntamiento acaeció la jubilación de Francisco, su único administrativo. Begoña, la alcaldesa, conocedora desde hacia dos años de la intención de Francisco, muy preocupada y aplicando el sentido común, pensó en contratar a una nueva persona, y dos meses antes, para que Francisco tuviese tiempo de enseñarle. Supondría un coste a las arcas municipales pero sería dinero bien invertido. Camila, la secretaria del ayuntamiento, le dijo que era imposible, que ello supondría un coste no presupuestado en el Capítulo I.
No le sentó bien a Begoña tener que esperar a que se jubilase Francisco para tener un nuevo administrativo ya que era consciente de que se perdía todo su conocimiento - el "know-how" que decía el consultor -. Dió instrucciones por email a Camila para que el puesto se cubriese al día siguiente. Camila, entrando en su despacho nada mas recibirlo, le dijo que eso era imposible, que para contratar a alguien debía incluirse primero la plaza en la próxima Oferta Pública de Empleo, la del año siguiente.
Begoña, miró a Camila con una mezcla de incredulidad y perplejidad. Camila le propuso una solución. Contratemos una persona temporalmente hasta que tengamos a la persona que obtenga la plaza en una oferta pública. ¿Dos personas distintas para un mismo puesto? ¿Enseñar a dos? ¿Qué sentido tenía eso? - pensó Begoña.
Como no le daban otra solución, Begoña aceptó a regañadientes. Camila le dijo que se ponía a ello, que contratarían a una personal temporalmente en cuanto se aprobase la oferta de empleo.
¿Perdón, Camila? - respondió Begoña. ¡Que se ha jubilado!, ¡Qué ya no esta!, ¡Qué lo necesito ya!. Imposible, alcaldesa, pero me pongo con la Oferta y en un par de meses la sacamos.
Efectivamente, dos meses mas tarde cuando ya estaba publicada la Oferta de Empleo en el Boletín del Estado, se pidió al SEPE candidaturas para cubrir temporalmente la plaza. Recibieron 15 candidaturas a las que convocaron a un exámen. Cuando los vecinos y vecinas se enteraron que se había pedido al SEPE y este no les había llamado - el cupo estaba limitado a 15 aspirantes - la alcaldesa tuvo que escuchar de todo. Al cabo de dos meses, no sin dejarse la alcaldesa pelos en la gatera, entró en el Ayuntamiento Azucena, la nueva y flamante administrativa temporal. Al poco, para tranquilidad de todo el vecindario, se publicaron las bases de la convocatoria y se anunció en el BOE la oferta de empleo del Ayuntamiento, un/a administrativo y un/a oficial de servicios.
Transcurrió mas de un año desde que se aprobó hasta que se culminó el proceso selectivo. El camino fue muy complicado, desde la casi imposible conformación del Tribunal - sin tener personas en el Ayuntamiento hubo que pedir apoyo a los ayuntamientos vecinos -, hasta diseñar y corregir exámenes, valorar méritos, pedir el uso del Instituto de la zona para poder examinar al casi millar de aspirantes que buscaban un puesto en el Ayuntamiento. ¡Desde los pueblos vecinos y hasta desde la capital se recibieron solicitudes!
Fue duro, muy duro. No es algo que se haga siempre, hay que tener mucho cuidado, respetar a todo el mundo, … Además, hubo muchas alegaciones y recursos. Quienes participaron en las pruebas solicitaron en variadas ocasiones acceder al expediente, copias, ver otros exámenes, discutir puntuaciones... Entre los asistentes hubo personas con discapacidad a las que hubo que adaptar las pruebas y una mujer dió a luz tres dias antes, lo que conllevó hacerle un examen especial dos meses después. En definitiva, mas de un año para obtener una propuesta, una persona a quien nombrar.
Tras el esfuerzo realizado, Begoña y Camila respiraron aliviadas, aunque Azucena que se había integrado ya en el equipo y era solvente en su trabajo había superado la oposición había quedado la tercera en el resultado final.
Andoni, de 45 años, graduado en derecho, había conseguido el primer puesto. Además tenía mucha experiencia como administrativo y ahora estaba trabajando temporalmente de técnico en la capital. Parecía un buen "fichaje". Quizás, después de todo, el esfuerzo habría merecido la pena.
Azucena trajo pasteles para su despedida. El día siguiente, el del nombramiento, Andoni se presentó puntual en el Ayuntamiento y en el mismo momento de la toma de posesión solicitó quedar en excedencia para seguir desarrollando sus funciones como técnico en la capital.
Begoña miró primero a Andoni, sin entender que estaba pasando, luego a Camila, para comprobar si estaba entendiendo lo que pasaba. Esta se dirigió a Andoni para acusar recibo de su petición. De acuerdo, - le dijo - en este acto te nombramos funcionario de este Ayuntamiento y te declaramos en excedencia por servicio en otra administración.
Begoña estaba pálida, ¿que estaba pasando?. Hace casi dos años se jubiló Francisco, contratamos una persona temporalmente, la formamos y se marchó ayer y ahora, el que entra, ni siquiera se asoma a su despacho ¿Es esto posible? ¿Qué hacemos ahora?
Camila, en voz baja, sin querer levantar la voz, le explicó que el nuevo funcionario solo estaba haciendo uso de su derecho, que la plaza volvía a quedar libre y que sería interesante incluirla en la próxima oferta de empleo.
¡No puede ser! - grito ya fuera de si Begoña -. ¡Llama a Azucena para que vuelva, antes de que me de algo!.
Camila, respirando con profundidad y casi sin fuerza en la voz, intentó hacerle llegar el mensaje de que como ya le señaló en su día, la plaza no se podía cubrir temporalmente hasta que estuviese nuevamente convocada en oferta pública - el año que viene -, y que, en ese caso, para el contrato temporal había que llamar a la segunda persona que había quedado en el proceso selectivo y que no era Azucena, la cual había sido tercera...
Dos años después, y tras dos procesos selectivos y una gran esfuerzo por parte del Ayuntamiento, la situación era la misma que al inicio, una vacante de un puesto imprescindible en la organización quedaría una temporada sin cubrir y otra cubierta temporalmente. Un nuevo plazo de dos años para resolverlo. ¡Una legislatura entera para cubrir un puesto de administrativo! Otra persona iba a acceder, habría que enseñarle y supervisarle muy de cerca hasta conseguir que fuese autónoma. Y rezar, rezar mucho para quien obtuviese la plaza no se marchase.
En la soledad de su despacho Begoña se preguntaba si ella había hecho algo mal... Camila le había asegurado que ese era el único procedimiento posible actuando con plena legalidad.
Y yo me pregunto.... ¿En que estamos fallando? ¿Tenemos un procedimiento que responde al objeto pretendido de cubrir vacantes en la organización con la agilidad y profesionalidad que precisa y exige la administración? ¿No serán las Ofertas de Empleo un procedimiento que tiene como principio y fin a si mismo? ¿Qué lógica tiene? ¿Alguien puede entender esto desde fuera de la administración?
En definitiva, y con la mente de un niño, de alguien que no esta dentro de la lógica de este mundo ¿No es el momento de concluir que el rey esta desnudo?.
Busquemos soluciones, elaboremos propuestas que nos lleven a dar una respuesta agil, adecuada y jurídicamente segura. Las vacantes que se cubran inmediatamente, con personal fijo, seleccionado previamente a la oferta concreta, con garantías jurídicas y procedimentales, con rigurosidad y profesionalidad.
Tal cual.... La vida misma... Muy bien descrito. Incluso se ve que, como la buena alcaldesa,... ni queriendo se arregla... Mucho por ajustar entre todas las partes implicadas.
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