El Concurso de estabilización y el Bingo.

La "Ley 20/2021, de 28 de diciembre, de medidas urgentes para la reducción de la temporalidad en el empleo público" va a marcar un importante hito en lo que al acceso al empleo público hace referencia y lo hará en muchos aspectos. Uno de estos aspectos es la gestión adecuada por los equipos de RRHH de los procesos de concurso a los que se refieren la las disposiciones adicionales 6ª y 8ª respectivamente.

En esta entrada quiero hacer una aportación, una propuesta,  en línea con lo dispuesto y propuesto en el primer párrafo de la Disposición adicional 4ª Medidas de agilización de los procesos selectivos. 

"Las Administraciones Públicas deberán asegurar el cumplimiento del plazo establecido para la ejecución de los procesos selectivos mediante la adopción de las medidas apropiadas para el desarrollo ágil de los procesos selectivos, tales como la reducción de plazos, la digitalización de los procesos o la acumulación de pruebas en un mismo ejercicio, entre otras."

Como las ya propuestas en la DA4 ya las tenemos aplicadas desde hace tiempo, al menos en mi administración, y siendo el enunciado una invitación a la búsqueda de nuevas fórmulas que aseguren la eficiencia en términos del cumplimento de plazos me permito hacer una propuesta.

Pero antes de enunciarla y describirla, permítaseme hablarle de un juego, el Bingo. Un juego de azar que algunas teorías remontan su origen al tiempo de la cultura romana y que constituye una de las primeras formas de juego popular. El juego se compone de un bombo con bolas numeradas, cartones con números aleatorios impresos y rotuladores o fichas para tachar o tapar estos. Una partida consiste en extraer las bolas del bombo al azar y cantar su respectiva numeración. Los jugadores, provistos de cartones, tacharán el número cuando este sea cantado por el cajero (persona que se encarga de la extracción de las bolas). Al completar una línea horizontal en un cartón, el jugador deberá cantar "línea" y se llevará un pequeño porcentaje del total recaudado con la venta de los cartones. Cuando un jugador consigue tachar todos los números de su cartón, tendrá que gritar "bingo" y se convertirá en el ganador de la partida llevándose, así, el porcentaje mayor de la recaudación en concepto de premio.

Vamos a fijarnos en lo que ocurre cuando una persona de la sala canta Línea o Bingo. En ese momento se para el juego, no se siguen cantando nuevos números, y se procede a comprobar si la tarjeta es correcta, si los números tachados han salido en el bombo. Es una operación rápida que permite adjudicar el premio correspondiente y reanudar el juego, en el caso de la línea, o iniciar uno nuevo si ha sido "Bingo". Durante la comprobación el resto de la sala queda a la expectativa y si se comprueba el "Bingo" se da por terminada la partida. 

¿Se imagina como sería un Bingo en manos de una persona que sea responsable de RRHH y que tuviese que aplicar las normas exigidas para un proceso de selección?. 

Imaginemos... En el momento en el que una persona cante su premio - línea o bingo - procederá diligentemente a comprobar que todo asistente ha marcado bien sus tarjetas. En caso contrario, si alguien no ha marcado algún número - afecte o no al premio -, le dará un plazo de subsanación. Una vez subsanados estos errores, procederá a comprobar, uno a uno, cada cartón, a fin de comprobar que ningún otro cartón hubiera sido digno del premio. Una vez realizadas las comprobaciones, en su caso, adjudicaría el premio a quien corresponda. Ante todo garantías.

Por suerte para el bingo y sus aficionados, el personal de RRHH no tiene como misión dirigir este juego. Quienes si tienen esta responsabilidad se limitan a comprobar si el cartón de la persona que reclama el premio es correcto.

Imaginemos ahora que responsabilizamos a una persona experta en dirigir un Bingo para diseñar y gestionar el concurso de méritos de la estabilización. ¿Cómo lo haría?. Siguiendo la misma política que el juego, supondríamos que se limitaría a comprobar que la persona que mas puntos dice tener los acredita fehacientemente. 

Siguiendo esta lógica, la propuesta que traslado para resolver los concursos de estabilización tendría un esquema de estas características:

1º.- Las solicitudes deberían incluir una autovaloración. 

• Esta autovaloración debería recibirse a través de un sistema homogéneo, previsto en las bases, Podría ser un impreso escrito, un formulario normal, un formulario electrónico...
• El envío/recepción convendría que también estuviese unificado en un único canal (email, formulario electrónico, o impreso) para facilitar su manejo. 
• El formulario debería contemplar todos los elementos susceptibles de valoración.
• Cada grupo de elementos susceptible de valoración debe estar claramente definido (experiencia, formación...)
• De cada grupo, el formulario debe dar la opción de indicar los concretos elementos que se entienda son valorables y su desglose.
• Para cada elemento, indicará la puntuación que entiende que se le debe asignar.
• Habrá un sumatorio final de las puntuaciones parciales autoasignadas. 

2º.- Las solicitudes se ordenarán en base a la puntuación declarada. 

3º.- Revisión, por cada categoría ofertada, de las solicitudes que mayor puntuación tengan en su autovaloración. Esta revisión irá confirmando o no las puntuaciones de la autovaloración y finalizaría una vez que estas comprobaciones permitan confirmar el número de candidaturas necesarias, no todas las solicitudes

4º.- Publicación provisional de resultados. La publicación provisional de resultados indicaría por cada categoría ofertada, el nombre y apellidos de cada aspirante, la puntuación autovalorada y, en su caso, la valoración corregida. 

5º.- La publicación definitiva, una vez resueltas las alegaciones correspondientes, tendría las mismas características e incluiría la propuesta de nombramiento de las personas con la mayor puntuación comprobada.

¿Qué ganamos?. Básicamente no tener que revisar todos "los cartones", es decir, no tener que comprobar y evaluar los méritos de todos los aspirantes cuando estas personas, en su propia autoevaluación, aspiran a obtener una puntuación inferior a la que tiene la candidatura a la que se le adjudica la plaza.

También de reducen tiempos y solo hay tres publicaciones, la provisional y la definitiva, y la propuesta de nombramiento con asignación de destinos. 

Si vas a incorporar este sistema en tus bases, conviene indicar la mecánica que se va a seguir.

Si esta propuesta es de su interés.... ¡¡Bingo!!